VÍA
ROMANA DE ASTÚRICA A CAESARAUGUSTA
Corresponde al número 27 del Itinerario de Antonino y fue
la línea más importante para al Celtiberia a lo largo
de la Meseta.
Baja desde Astorga hasta las rasadas del Duero, paralela a su margen
derecha, para cruzarlo en Garray, remonta la divisoria Sierra del
Madero y por el valle del Queiles se dirige a Tarazona y desde allí
a Zaragoza.
La vía existía ya en época de Tiberio y fue
reparada, en gran parte, por Trajano (98-117), según consta
en los miliarios.
La vía se conservó con especial atención;
fue reparada, en gran parte, por Trajano (98-117), según
consta en las inscripciones; un miliario de Garray de mediados del
siglo I podría referirse a la consolidación del afirmado;
otros de este trayecto del Duero dan fecha de 104 a 111 y del año
131; otro, de Clunia, es de 117. Los de tierra de San Esteban de
Gormaz y Langa, de finales del siglo III, corresponden a Carino
y Galerio. A Diocleciano pudo atribuirse el mérito de revitalizar
los cauces imperiales, en cuya misión participó su
yerno Constancio Cloro (256-306). Fue permanente la conservación
de esta vía en el mejor estado, por constituir un camino
de relación entre dos regiones de economía complementaria,
a la vez que respaldo para las campañas del norte y ruta
de exportación de cereales, lana, salazones de carne y otros
recursos de la Meseta para abastecer las necesidades del Imperio.
El tramo provincial Uxama (Osma)-Augustóbriga (Muro) tiene
una longitud de 72 millas romanas, equivalentes a 108 Kilómetros.
En su trayecto se encuentran las mansiones de Voluce, Numancia-Garray,
por vía bien marcada en líneas generales, empleando
enlosados afirmados o simplemente explanaciones, según la
morfología y calidad del terreno.
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