ÉPOCA
CELTÍBERA
Coinciden
los historiadores en afirmar que las ruinas sobre las que está
edificado el actual pueblo de Muro son de una antigua ciudad celtibérica
que, en la época romana, aparece con el nombre de Augustóbriga.
Tiene hoy grandes ruinas de murallas indicio de que fue una de las
nobles y belicosas ciudades en la época de las guerras de
los romanos contra los celtíberos. En casi toda su extensión
podemos todavía apreciar los cimientos y en algunas partes
de las mismas que se elevan sobre el terreno a una altura de un
metro a un metro y medio aproximadamente. Estos trozos son suficientes
para ver que se trata de construcciones que reconocen una antigüedad
remotísima pues las vemos hechas con grandes bloques de piedra
o sillares toscamente labrados y unidos entre sí por su propio
peso, sin argamasa. La importancia de esta ciudad celtibérica
puede conjeturarse por el perímetro de estas murallas, que
viene a ser de unos tres kilómetros. Además de las
murallas se han hallado otros vestigios celtibéricos como
son las monedas, las cuales se han encontrado en gran cantidad.
Parece que su nombre celtibérico fue el de Obriga, derivando
después en Augustóbriga, que proviene del nombre del
emperador y del de la ciudad en tiempo de su independencia: Augusta
Obriga. Obriga debió distinguirse en sus ataques contra Roma,
pero vencida y derrotada por el Cónsul Didio 96 años
antes de la Era Cristiana, debió recibir de él un
castigo semejante al que ejecutó en la ciudad de Termancia.
Fue arrasada y sus habitantes obligados a establecerse en los pueblos
inmediatos, consintiendo el Cónsul Didio a unos pocos de
ellos que edificaran nuevas moradas en un llano inmediato, para
que en adelante no pudieran hacerse fuertes por la situación
ni por el número. Acaso los más aguerridos y fuertes
de los habitantes de Obriga se vieron precisados a edificar sus
moradas en el llano que hoy ocupa la villa de Ólvega, siéndoles
permitido a los demás continuar en su ciudad. Don Vicente
Lafuente dice “ Quizá Augusto, al darle su nombre,
la restauró sobre las ruinas de algún otro pueblo
celtibérico terminado en Briga, con objeto de que sirviese
para tener allí un buen punto estratégico de los límites
de los Celtíberos y Pelendones, y para vigilar los belicosos
pueblos de las faldas del Moncayo y las márgenes del Duero;
o aceptó la terminación usual del país”.
Las dos suposiciones son igualmente probables.
ÉPOCA ROMANA
Augustóbriga, nombre que parece indicar un campamento augústeo
como origen de esta ciudad, llana y amurallada, fue fundada bajo
el imperio de Octavio Augusto. Situada
en la importante vía romana correspondiente
al número 27 del Itinerario de Antonino, existente ya desde
tiempo de Tiberio (14-37 d. C.), que unía Astúrica
(Astorga) con Caesaraugusta (Zaragoza) por Numancia, quizá
trazada para poyo de las guerras cántabras, hacia el año
26 a. C., en los comienzos de la dinastía Julia-Claudia.
Otra vía secundaria tendría su origen en esta localidad
para, atravesando San Pedro Manrique y Tañine, donde aparece
excavada en roca, llegar a Yanguas y a la Sierra Camerana. Estas
rutas, junto con la vía natural de Rituerto, serían
muy empleadas durante toda la Edad Media tanto para respaldo de
operaciones bélicas como para el comercio: exportación
de cereales, lana, salazones de carne y otros recursos de la Meseta
para abastecer las necesidades del Imperio.
Localidad de antiguas raíces históricas, Muro nos
muestra hoy escasas ruinas de lo que fuera una
importante plaza en el control de las comunicaciones en la zona
oriental de la provincia entre los valles del Duero y el Ebro. Aun
así, muchos son los vestigios que se han encontrado en Muro
de la dominación romana. De sus campos se han desenterrado
en diversas ocasiones vasijas, sillares, molduras, ladrillos gruesos,
tejas de forma romana, ánforas, espuelas, pedazos de bronce,
monedas, molinos de mano (aunque es fácil que estos molinos
sean celtibéricos, pues iguales a estos se encuentran en
las ruinas de Numancia), bolas de piedra (las cuales se hallaron
en gran abundancia y son, sin duda, proyectiles de balista). Entre
el pueblo y la Venta se encontró, según cuentan, una
pieza de metal como una campana, que ha dado nombre a la Cerrada
donde apareció y al explanar el terreno para edificar la
venta salió una vasija con cenizas y una chapa metálica.
En el paraje que da frente a esta venta se ha descubierto un mosaico.
Otros vestigios importantes son la Vía
Romana de Astúrica a Caesaraugusta que pasa tocando a
las murallas, una piedra miliaria y
una lápida sepulcral, halladas junto a la Vía Romana
el año 1895. Todos estos vestigios nos dicen claramente que
en el lugar que ocupaba el actual pueblo de Muro y en sus inmediaciones
existió una ciudad romana. Ahora, que ésta fuese conocida
con el nombre de Augustóbriga, lo demuestran de una manera
evidente las piedras miliarias encontradas
en la vía militar de Cesaraugusta (Zaragoza) a Astúrica
(Astorga).
Parece que estuvo mucho tiempo sujeto a los romanos, pues los muchos
restos de la civilización romana hallada así lo indican.
Probablemente se puede decir que la ciudad de Augustóbriga
fue destruida en las luchas de los bárbaros del norte contra
el imperio romano decadente. Es necesario suponer que entre la destrucción
de Augustóbriga y la fundación del actual pueblo de
Muro medió un intervalo bastante considerable. Por los carbones
que se han hallado frecuentemente en el recinto comprendido por
las antiguas murallas se podría afirmar que Augustóbriga
fue destruida por las llamas y del hecho de que el actual pueblo
de Muro no conserve en su etimología ningún vestigio
del nombre de Augustóbriga se conoce que fue fundado cuando
ya no había memoria de dicha ciudad y sólo existían
algunas de sus ruinas, principalmente de sus murallas, de las cuales
tomó el nombre el actual pueblo de Muro.
LA RECONQUISTA
Parece que la fundación del actual pueblo de Muro tuvo
lugar poco antes de la reconquista de la Tierra de Ágreda
por Don Alfonso "El Batallador" como esposo de Doña
Urraca de Castilla y a nombre suyo. Ésta se verificó
en el siglo XI, a cuya época se cree que pertenece el castillo
de este pueblo y probablemente también la parte más
antigua de la actual iglesia. La pequeñez de esta iglesia
indica que el pueblo era sumamente pequeño en aquella época
y que se hallaba en su infancia, si no indica que se fundó
entonces.
Muro es uno de los pueblos de la Tierra de Ágreda que más
sufrió en la guerra de la independencia, no sólo por
lo mucho que contribuyó al abastecimiento de las tropas españolas
y francesas, sino por verse frecuentemente visitado por las mismas
y por haber sido saqueado por la guarnición de Calatayud,
la cual se llevó del pueblo más de 800 cabezas de
ganado lanar.
Para que podamos hacer un cálculo aproximado de lo mucho
que durante los años de guerra suministró Muro a las
tropas solamente diremos que, en el mes de febrero de 1812, suministró
1223 libras de pan, 232 celemines de cebada y 652 reales de vino,
carne, etc. Tenía entonces Muro solamente 216 habitantes.
Se vieron tan agobiados por las contribuciones de guerra que, agotados
todos los recursos, determinaron vender las heredades existentes
en este término y pertenecientes a algunas capellanías
eclesiásticas. Obtuvieron permiso y facultad para ello del
Obispo de Tarazona, pero lo impidieron los de Ágreda, los
cuales se creían con derecho a estos bienes, por estar dichas
capellanías fundadas en dicha villa. Los de Muro tuvieron
que resignarse y entonces, sin autorización de ningún
género, vendieron las heredades que poseía la Cofradía
de San Blas y tomaron en calidad de reintegro gran cantidad de granos
de las primicias de la Iglesia.
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